Lo cierto es que este brazo robótico no se si tiene alguna utilidad musical en la actualidad, pero siempre es interesante ver cosas diferentes en este mundo nuestro de la robótica.
Como podéis ver más abajo, investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia, han construido un brazo robótico portátil que permite al afortunado músico que lo lleva, tocar la batería a tres manos. Con dos puede estar tocando el tambor mientras que con el tercero lleva el ritmo de los platillos. O cualquier otra combinación.

Brazo Robótico que sigue a otro caso anterior
Y es que en el año 2014 este mismo instituto ya creó un brazo robótico para el batería Jason Barnes. Jason tuvo un fatal accidente en 2012 mientras limpiaba en un restaurante. Recibió una descarga de 22.000 voltios que le produjo unas quemaduras de tal magnitud que tuvieron que amputarle el brazo.
El profesor Gil Weinberg y su equipo le ayudaron entonces creando un brazo robótico con doble baqueta. Puedes verlo en este vídeo.
Un proyecto diferente
En este caso, este “tercer brazo” portátil, en realidad lo han desarrollado para poder ser utilizado por cualquier persona que quiera hacer algo más con su batería. Algo que no se pueda hacer solo con dos manos.
Para su funcionamiento, este tercer brazo robótico debe ser adherido al hombro del músico y, mediante una serie de acelerómetros y el cálculo de los movimientos, es capaz de saber la posición de los diferentes componentes de la batería así como de la distancia de los otros dos brazos, y actuar en consecuencia.
Si por ejemplo los brazos humanos se mueven hacia los platillos tipo hit-hat, el brazo del robótico puede ir automáticamente a tocar el plato simple (perdonadme los que seáis expertos en baterías porque no se como se llama este plato). O si los brazos humanos van hacia unos de los tambores, el brazo robótico puede ir a acompañar con otro de los tambores.
El ritmo que sigue el brazo se basa en el ritmo que “escucha” en la sala producido por los brazos humanos.
Siguiente paso, control mental
El equipo de investigación tiene claro que el siguiente paso debe ser conseguir que el brazo robótico sea controlado directamente por el cerebro. Como veréis en el vídeo, el músico que lo utiliza lleva una especie de diadema en la cabeza con el fin de detectar patrones que puedan ayudar a que el sistema reaccione a los pensamientos del músico.
Y el siguiente paso a este. Extrapolar esto a otras profesiones. Médicos operando con tres brazos, por ejemplo.
Buff, el jaleo mental que tendría yo sería descomunal. Ved sin más el vídeo:
Interesante, ¿no os parece?
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