Aunque lo hace, de momento, por una buena causa. Actualmente colabora con “Save the Children” recaudando donaciones para esta organización internacional de ayuda a los niños menos favorecidos.
El robot ha sido desarrollado por investigadores coreanos pero fue concebido en un taller de trabajo de 72 horas de duración que tuvo lugar en Seul en 2009 y en el cual participó también el MIT.
Cuando participa el MIT el proyecto siempre suele ser cuanto menos interesante pero claro, en este caso, con un taller de solo unas pocas horas, las posibilidades de que directamente saliera de allí un robot tan bonito como Leonardo eran prácticamente nulas.
La primera versión de DONA era una simple caja con una media botella de plástico o similar arriba. Aun así la gente ya lanzaba monedas a su interior.
Ya con más tiempo en una segunda versión convirtieron la caja en una especie de Caperucita Roja que podía mover su cabeza para intentar optimizar el ratio de conversión de gente que miraba en monedas que caían al interior de su bote.
En la tercera y actual versión se da un nuevo golpe de efecto haciendo que el pequeño robot interactue con la gente para intentar convencerlas de que donen más dinero. Detecta la donación de monedas, parpadea con gracia y mueve los brazos en señal de agradecimiento.
Creo que este robot debe de ser mucho más efectivo que los chicos que pasan incontables horas intentando convencer a la gente para que se hagan socios de las ONGs, ¿no os parece?
Quizás podrían aprender algo de como animar a la gente de aquel pobre robot que se ganaba la vida en las calles.
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